Después de varias invitaciones para asistir a un grupo de la Liga de la Leche, decidí aventurarme y aceptar una de las invitaciones, aunque parezca simple el ir a un lugar y escuchar lo que dicen, para mí no fue fácil, alrededor de este “Liga” giran una serie de estereotipos que me impidieron conocerla previamente, por estar iniciando mi nuevo rol de mama y por todos los problemas que presenté al inicio de la lactancia dejé a un lado todos los comentarios escuchados y decidí asistir, como coincidencia uno de los grupos era en el edificio en el que vivo así es que de una u otra forma las excusas para no participar se habían acabado.
Recuerdo que llevé a mi pequeño bebe con casi dos meses de nacido, como mama primeriza tenía mucho miedo que se enfermara por estar en contacto con otros bebes, aún me daba pena el alimentar a mi bebe en público, pero al llegar a este lugar me di cuenta que no tenía por qué tener miedo o pena, desde que entré vi una bella sonrisa de una persona fantástica a la que llamaban “líder” ,tanta cosa extraña en este grupo, inmediatamente descubrí una nueva dimensión que cambió mi forma de relacionarme con mi recién nacido, nunca creí estar dentro de este grupo que defiende con tanto ahínco la lactancia materna, talvez porque encontré un lugar en la que toda mamá puede sentirse libre de expresar lo que siente, todas pueden llorar sin miedo a sentirse juzgadas y en la que cada una nos damos cuenta que estamos acompañándonos en la tarea más maravillosa que puede existir, el ser madres.
Este grupo de mamás me abrieron las puertas de sus corazones, han compartido conmigo sus experiencias y han enriquecido con vivencias mi tarea de ser madre; junto a ellas he aprendido que es ser mama, claro que de una u otra forma hubiera aprendido a ser madre pero al estar acompañada esta tarea se ha hecho más fácil y la he disfrutado en plenitud.
Sin querer entré en esta dimensión en la que nunca creí estar, pensar que algún día iba a aceptar el compartir mi cama con mi bebe, el continuar la lactancia después del año, dejar de tener un horario, aceptar que mi bebe no duerme todas las noches de la misma manera, saber que ningún día es igual a otro, que solo una vez mi bebe será pequeño y que por lo mismo debo vivir y disfrutar cada instante, aún me cuesta creerlo, ha sido un largo proceso, un año de cambios y gran crecimiento.
Cuando les cuento a muchas personas que asisto a un Grupo de la Liga de la Leche, se ríen al no saber qué es la liga exactamente y preguntan? es como una liga de la justicia? ahora que lo pienso talvez el nombre correcto no es La Liga de la Leche, debería llamarse “La Liga Extraordinaria” ya que muchas mamás al llegar a ella nos hemos sentido fortalecidas, hemos sentido que podemos lograr todo lo que nos proponemos, porque muchas veces lo único que necesitábamos era escuchar ¡vas muy bien! ¡tú puedes lograrlo!!!!