Tengo cuatro hijos y los dos menores tuvieron ictericia patológica. Atravesamos varias dificultades; la primera recibió fototerapia en el hospital y terminó en casa. Todo bien. El otro recibió doble fototerapia; me sacaba la leche y la dejaba en el hospital. Lo triste fue cuando me lo dieron, me lo devolvieron con pachas de mi leche. Creo que no se las dieron. Al final, lo tuve conmigo y logré darle de mamar, todo bien de allí en adelante.
Acudí a la Liga de la Leche Guatemala por la presión que tuve por ser delgada, los comentarios de que mi leche no servía y que debía darle pacha a la niña. Me sentía triste y frustrada. Llamé y me atendió una líder quien me habló, me tranquilizó y empecé a ir a los grupos de apoyo. Me renovaba cada vez que iba.
Gracias a esos grupos hubo cambios en mí y en mi esposo, nos sentimos más seguros y empoderados, y que lo que estábamos haciendo estaba bien. Mis hijos son niños sanos, contentos y seguros.
Elizabeth Dary
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