Fotografía por: Andrea Sierra
Llena de gratitud les comparto el impacto tan grande que la página de FB de Liga de la Leche Guatemala tuvo en mí y mi familia. Con casi siete meses de embarazo, decidí informarme y aprender todo lo que me fuera posible antes de la llegada de Santiago. Para ese entonces mi esposo, Otto, y yo ya habíamos recibido todos los cursos disponibles que ofrecían diferentes hospitales. Amamantar era muy importante para mí, siempre lo supe. Casualmente una amiga mía compartió una publicación de Liga, me dejó intrigada, así que decidí investigar de qué se trataba. Jamás había escuchado de Liga de la Leche, pero la oportunidad de continuar aprendiendo me enganchó (eso que me habían enseñado de 15 minutos en cada pecho no me daba tranquilidad, sin duda la intuición que no se equivoca!), y justamente al día siguiente era el grupo de apoyo de San Cristóbal.
Le conté a mi esposo e hijo, se emocionaron conmigo y nos organizamos para llegar. Tras mi primer grupo quedé enamorada y con muchísima ilusión de regresar! Así que aprovechando las cortas semanas que nos quedaban, decidimos asistir a todos los grupos que alcanzáramos. Tres días antes de la siguiente reunión de San Cris, nació mi Santi (casi un mes antes de lo esperado), y nada, absolutamente NADA estaba saliendo como lo soñaba, como lo deseaba, y como lo había planeado en mi mente un millón de veces. Sentí que había fallado, que el sueño de amamantarlo se me escapaba de las manos, y la tristeza y decepción se apoderaron de mí. No me sentía capaz de hablar por teléfono, mucho menos de recibir una visita, mi corazón se rompía en mil pedazos cada vez que veía mi reflejo en los azulejos de la cocina preparando aquella leche, que juré jamás usaría. Los días pasaban y no había logrado que mamara ni una sola vez, la esperanza se esfumaba.
Otto fue capaz de darme la luz que necesitaba, esa que no podía ver por lo abrumada que me sentía, -“¿y si les escribes a las de la Liga?” Me dio ese empujón extra, y con lágrimas que se me escurrían, escribí desesperada. La notificación se activó, tenía un mensaje, y era el que tanto esperaba!!! Era Vicky ♡, quien a través de sus letras me consoló, me dio ánimos y fuerzas para no sentirme derrotada y continuar intentando, me respondió cada día sin falta, y yo dejé de sentirme sola.
Luego de muchos intentos finalmente Santiago estaba mamando por primera vez, a sus 5 días de nacido! Me sentía poderosa, feliz, realizada, y claro que también tenía que compartírselo, se alegró conmigo! De no haber sido por mi enorme deseo de amamantar además del apoyo que recibí de la página de FB, nuestra experiencia con la lactancia no hubiera sido la misma, con tantas voces alrededor y con tantos tropiezos al inicio, quizá hubiera tirado la toalla. Gracias al apoyo que recibí y continúo recibiendo (tantas mujeres maravillosas que han dejado una enorme huella en mi corazón), hemos superado cada obstáculo, cada crisis, y hemos sobrepasado nuestra meta, con orgullo llevamos casi tres años de lechita de mamá!
El apoyo y acompañamiento que nos regala Liga de la Leche cambia vidas, devuelve esperanza, renueva la fe, y empodera al punto de sentirnos superheroínas dadoras de vida!!! Hoy me siento dichosa de ser compañera de todas estas magníficas mujeres, apoyando familias y devolviendo todo lo que Liga hizo por nosotros.
Andrea Maselli
Líder Liga de La Leche Guatemala