Por: Ana Sofía López
Soy mamá primeriza y la lactancia materna al inicio no fue tan fácil, esto debido a varios factores: desconocimiento, inexperiencia, mucha ansiedad y miedos, sin embargo siempre tuve claro que quería alimentar a mi hija con lactancia materna, que fuera una bebe de pecho: el círculo perfecto.
Los primeros quince días mi hijita fue alimentada con “fórmula” y luego tomé la decisión de asumir lo que viniera con tal de regalarle vida “mi leche”, con ello iniciaron los llantos por ambas, el dolor y ardor en pezones, cintura adolorida por la mala postura. Consultaba con mi madre pues ella me amamantó hasta casi dos años y creí que ella podría aclarar mis dudas, pero no fue así, comenté con una amiga y paralelamente investigaba por internet, ella me dijo que había escuchado algo de Liga de la Leche, por lo que inició mi investigación, placenteramente encontré el grupo en redes sociales y me emocionó muchísimo encontrar uno que se acoplaba perfectamente a mi horario y ubicación. Sin pensarlo dos veces llamé a la Líder de ese grupo, una voluntaria maravillosa y desde ahí sentí algo de tranquilidad.
Ese día, al llegar al punto de reunión, iba más que ansiosa, cuando llegué con mi hija en brazos, solamente estaba la Líder y una mamá con su hijo de 1año y medio, inmediatamente iniciamos a conversar y conocernos, imaginé que por lo mismo se pasaba en las reuniones de adictos, el sentir el apoyo por alguien que pasa por lo mismo, luego conforme pasaba el tiempo fueron llegando el resto de madres con sus hijitos, la mayoría bebes de la edad de la mía.
Fue tan acogedor y ameno, el compartir las experiencias, el presentarnos, el plantear nuestros problemas o dudas respecto a la experiencia con la lactancia que sentí que había llegado a un oasis; todas coincidiendo entre que el dormir, los llantos, las inseguridades que pasamos, etc. Honestamente en esa primera reunión quedé “hipnotizada” con el nivel de confianza, tolerancia, apoyo que se percibía en ese grupo, todas (os) con algo en común, el ser padres y regalarles lo mejor a nuestros hijos.
Al finalizar y volver muy contenta a casa, sentí que aprendí, que también reí y lloré, que se solidarizaron conmigo, que conocí un grupo de apoyo y llevaba muchos consejos que luego de 10 meses sé que me direccionó hacia una lactancia muy feliz y exitosa, pero sobre todo sana, así como romper con tantos falsos mitos.
Ahora en cada reunión mensual reafirmo lo vivido en mi primera reunión, es participar, reforzar la decisión de lactancia que tomé y también de seguir aprendiendo.